Entre estos señores, había uno al que ya habíamos apodado “Guido Suller”, a juzgar por apariencia (cara de bottox), que según decía, la perseguía y se la quería llevar al cuarto del hotel.
Opciones:
1) Decido tomar cartas en el asunto. 2) Minimizo su angustia y no le doy importancia pensando en que seguramente está exagerando. Volver al inicio para tomar otras decisiones.